jueves, 5 de noviembre de 2009

PRECES POR NUESTROS SACERDOTES

A nuestro Santo Padre, el Papa de Roma,
dale, Señor, tu corazón de buen Pastor.

A nuestro Obispo N.,
dale tu bendición en la Iglesia.

Al Colegio de los Obispos,
compromételos con sus ovejas.

A los párrocos,
enséñales a amar a sus feligreses como tú nos amas, Señor.

A los confesores y directores espirituales,
hazles instrumentos dóciles de tu Espíritu.

A los que trabajan con la juventud,
que la comprometan contigo, Señor.

A los que trabajan entre los pobres,
haz que te vean y te sirvan en ellos, Señor.

A los que atienden a los enfermos,
que les enseñen el valor del sufrimiento.

A los sacerdotes enfermos,
sánalos, Señor.

A los que anuncian tu palabra,
que comuniquen Espíritu y Vida.

Que todos los sacerdotes
sean uno como tú y el Padre sois uno, Señor.

Que todos los sacerdotes
promuevan la justicia con que tú eres justo.

Que los sacerdotes célibes,
llenos de ti, vivan con alegría su entrega.

A los sacerdotes ancianos,
dales alegre esperanza.

A los tristes y afligidos,
consuélalos, Señor.

A los sacerdotes turbados,
dales tu paz.

A los que están en crisis,
muéstrales tu camino.

Defiende la causa de los calumniados y perseguidos, Señor.

A los sacerdotes tibios,
inflámalos con la llama de tu Amor.

A los desalentados,
reanímalos, Señor.

A los que aspiran al sacerdocio,
dales la perseverancia.

Que los sacerdotes:
promuevan vocaciones al Diaconado, Señor.
se entreguen con denuedo a favor de la vida consagrada, Señor.
se sientan miembros de todas nuestras familias, Señor.

A todos los ministros,
dales fidelidad a ti y a tu Iglesia,
concédeles la plenitud de tu Espíritu y transfórmalos,
para que en ti consumen su oblación.

Santifícalos en la Verdad. Amén.

martes, 3 de noviembre de 2009

domingo, 1 de noviembre de 2009

Para el 2 Nov DIFUNTOS




La Iglesia ofrece el sacrificio eucarístico por los difuntos con ocasión, no sólo de la celebración de los funerales, sino también en los días tercero, séptimo y trigésimo, así como en el aniversario de la muerte; la celebración de la Misa en sufragio de las almas de los propios difuntos es el modo cristiano de recordar y prolongar, en el Señor, la comunión con cuantos han cruzado ya el umbral de la muerte.

El 2 de Noviembre, además, la Iglesia ofrece repetidamente el santo sacrificio por todos los fieles difuntos, por los que celebra también la Liturgia de las Horas.
Cada día, tanto en la celebración de la Eucaristía como en las Vísperas, la Iglesia no deja de implorar al Señor con súplicas, para que dé a "los fieles que nos han precedido con el signo de la fe... y a todos los que descansan en Cristo, el lugar del consuelo, de la luz y de la paz".

Es importante, pues, educar a los fieles a la luz de la celebración eucarística, en la que la Iglesia ruega para que sean asociados a la gloria del Señor resucitado todos los fieles difuntos, de cualquier tiempo y lugar, evitando el peligro de una visión posesiva y particularista de la Misa por el "propio" difunto.

La celebración de la Misa en sufragio por los difuntos es además una ocasión para una catequesis sobre los novísimos.



Evangelio en la Conmemoración de los fieles difuntos


No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas. De lo contrario, ¿os hubiera dicho que voy a prepararos un lugar? Cuando me haya marchado y os haya preparado un lugar, de nuevo vendré y os llevaré junto a mí, para que, donde yo estoy, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.
Tomás le dijo:

—Señor, no sabemos adónde vas,
¿cómo podremos saber el camino?

Jesús respondió:

—Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida;
nadie va al Padre si no es a través de mí (Jn 14, 1-6).