sábado, 30 de enero de 2010



Miércoles, 10 de febrero 2010

Organizado por la Delegación de Liturgia de la Diócesis de Madrid
tendrá lugar la ponencia con el título:

La Misa Crismal, celebración del Pueblo de Dios

Lugar: Salón de Actos del Seminario Conciliar (c/San Buenaventura, 9)
Horario: 19 h. Entrada libre

Se presenta la Misa Crismal al final de la Cuaresma como una reunión de todo el Pueblo de Dios presidido por su Pastor el Obispo y rodeado de sus presbíteros y diáconos para celebrar la entrega sacerdotal de Cristo a favor de la humanidad. En esta Eucaristía se consagra el Santo Crisma y se bendicen los oleos de sanación y exorcismo. Se renuevan, asimismo, las promesas sacerdotales de los ministros sagrados.

Están convocados especialmente los catequistas de prebautismales, los responsables de los catecúmenos adultos, los catequistas de confirmación y los encargados de la pastoral de enfermos.


Ponente: Manuel Glez. López-Corps, Profesor de la Facultad de Teología de San Dámaso

jueves, 7 de enero de 2010




Cuando veas un gigante,
examina antes la posición del sol,
no vaya a ser la sombra de un pigmeo.

miércoles, 6 de enero de 2010



Bendición de las puertas en el día de la Epifanía



¡Portones!, alzad los dinteles, que se abran las puertas eternas!
va a entrar el Rey de la gloria (Sal 23).

Preces

Con ánimo agradecido y gozoso invoquemos al Hijo de Dios, Señor de cielo y tierra, que, hecho hombre, habitó entre nosotros, y digamos:

R. Quédate con nosotros, Señor.

Señor Jesucristo, que con María y José santificaste la vida doméstica,
- dígnate convivir con nosotros en nuestros hogares, para que te reconozcamos como huésped y te honremos como cabeza. R.
Tú que enseñaste a tus fieles a edificar su casa sobre piedra firme,
- haz que la vida de nuestras familias se apoye firmemente en tu palabra y, evitando toda división, te sirva con generosidad y de todo corazón. R.
Tú que, careciendo de morada propia, aceptaste con el gozo de la pobreza la hospitalidad de los amigos,
- haz que todos los que buscan vivienda encuentren, con nuestra ayuda, una casa digna de este nombre. R.
Jesús, Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo, haces morada en los que te aman,
- lleva a tu Iglesia a su perfección por el amor. R.


Oraciones de Bendición.


Oh Dios, creador y protector del genero humano:
Envía tu Espíritu Santo sobre tus fieles reunidos,
en este día de la Epifanía ,
que invocan tu santísimo nombre para pedir tu protección
y bendícenos
a los escriban en la puerta de sus casas
los nombres de tus santos Gaspar, Melchor y Baltasar,
por su intercesión y ejemplo de sus vidas
experimenten la salud del cuerpo y la protección del alma.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen


Dios, Señor de cielo y tierra,
que ha querido hoy reunirnos
para la bendición de nuestros hogares,
nos conceda también
entrar por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
y alcanzar así la herencia de la felicidad eterna.
R. Amén.

En el nombre del
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
R. Amén.


Se escribe en el dintel de la puerta las dos primeras cifras del Año

2
0
luego

+C+M+B+

" Christus mansionem benedicat” = Caspar, Melchior et Baltassar

y las dos últimas cifras del año

1
0


20+C+M+B+10

martes, 5 de enero de 2010

acción de gracias navideña


Illatio navideña



Es digno y justo que tributemos
tantas alabanzas como podamos
a tu omnipotencia y a tu bondad,
oh Padre clementísimo,
porque, en un tiempo dado, después de largos siglos,
[…] nació para nosotros Jesucristo,
aunque existía desde siempre para ti y para sí mismo.

Tu Unigénito, Señor de su madre,
se hizo hijo de su esclava,
y el nacido de María se convirtió en fruto de la Iglesia;
a aquél a quien aquella dio a luz, ésta lo recibió;
el que por aquella se hizo pequeño,
por ésta crece de modo admirable.

María engendró la salvación de los pueblos,
la Iglesia a los pueblos.
Aquella llevó en su vientre a la vida, ésta el bautismo.
En los miembros de aquella Cristo tomo carne,
en las aguas de ésta nos revestimos de Cristo.
Por aquella el que ya existía nació,
por ésta el que se había perdido ha sido encontrado.
En María el redentor de los pueblos recibió la vida,
en la Iglesia los pueblos reciben la vida.
Por aquella vino el que iba a quitar los pecados,
por ésta ha quitado los pecados por los que vino.
Por aquella nos lloró, por ésta nos ha curado.
En aquella se hizo niño, en ésta gigante.
Allí hubo llanto, aquí triunfo.
Por María se manifestó como criatura,
por la Iglesia ha subyugado a los reinos.
A aquella le encantó la alegría del niño,
a ésta la enamora la fidelidad del esposo.
Sigue el purísimo intercambio de un amor precioso.

El esposo, es decir Cristo,
ha dado a su esposa, la Iglesia, el don las aguas vivas,
para que se lavase en ellas una sola vez para agradarle.
Le ha dado el óleo de júbilo,
como oloroso ungüento de crisma con que ungirse.
La ha llamado a sentarse a su mesa,
la ha alimentado con flor de harina,
la ha saciado con el vino agradable.
La ha vestido con el manto de justicia,
y con ropajes dorados por las diversas virtudes.
Ha entregado su vida por ella,
y el que ha de reinar vencedor le ha otorgado como dote
los despojos de la muerte que asumió y a la que venció.
Él mismo se ha dado a ella como alimento, bebida y vestido;
le ha prometido que se le dará como reino eterno
y le ha ofrecido como recompensa
sentarla a su derecha como reina.
Ha concedido a la Iglesia
cuanto había concedido a su Madre:
ser fecunda, sin ser mancillada;
dar a luz, permaneciendo intacta,
a él una vez, a los demás siempre;
recostarse como esposa en el tálamo de la belleza
y multiplicar los hijos en el seno amoroso;
ser prolífica por sus hijos
sin haberse manchado por la concupiscencia.

Así la Iglesia, en él y por él enriquecida,
devuelve con humildad sus dones a su esposo y Señor,
ofreciendo como si fuese algo propio
aquello en que ha creído, el ejemplo de aquél que tanto amé,
la entrega de sí mismo,
de aquél que pudo lo que quiso y quiso lo que pudo.
Él le ha dado a modo de rosas a los mártires,
como si fuesen azucenas a las vírgenes,
como violetas a los continentes.
Y ella, a través de los apóstoles, servidores de su voluntad,
les hace llegar esta misma oblación preparada con su esfuerzo.

Por eso, estando ahora a su derecha,
gozando de estabilidad feliz y gloriosa,
confiesa y alaba con todos los ángeles,
a aquél que reina contigo, Padre todopoderoso,
y con el Espíritu Santo, y dice: Santo, Santo, Santo…

Santo y bendito es en verdad
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que ha venido del cielo para convivir en la tierra
y se ha hecho hombre para acampar entre nosotros.

lunes, 4 de enero de 2010


Señor, tú eres el gran día de los ángeles
y en cambio te hiciste pequeño en el día de los hombres;
eras Palabra de Dios antes de todos los tiempos,
y fuiste Palabra hecha carne en el tiempo oportuno;
siendo el creador del sol, quisiste vivir bajo el sol;
concédenos alabarte dignamente
en este día con esta solemne reunión de tu Iglesia.
Tú que has querido consagrar el comienzo del año
con estas primicias de nuestra oración,
haz que durante el transcurso del tiempo,
podamos servirte con palabras y obras
que te sean agradables.


oración antes del Paternoster de la Misa "Caput anni" .